Hace unos días me enteré de que no existe una hoja de ruta, o mapa de ruta o roadmap para el desarrollo de Linux. Entré al sitio www.kernel.org, que es donde se puede entrar a ver el último trabajo que Linus Torvalds y equipo le ponen al centro de Linux. Es un sitio sólo para programadores expertos. No hay nada que nos permita hace volar la imaginación, ni soñar con el futuro de Linux, o cosas así. Es un sitio de trabajo.
Me puse a ver qué clase de cosas podría encontrarme que hicieran referencia a esa hoja de ruta y encontré esto, y me pareció muy interesante aunque absolutamente incompleto para hablar del futuro. Después encontré este artículo que es viejo, del 2004 y que habla de un futuro neblinoso de Linux, del cambio de metodología para sacar nuevas versiones que apareció ese año, y de la resistencia que ponen los máximos responsables de Linux en hacer ningún tipo de predicción ni sondeo sobre cómo serán las cosas dentro de unos pocos años.
Me hace mucha gracia que este mismo artículo hable de las bondades del sistema de desarrollo de Microsoft, que por otro lado ha demostrado tener productos de dudosa calidad técnica, grandes retrasos y últimamente un retraso en entregar extras para su nuevo sistema operativo, y que se llaman así extras, sín especificar bien qué llegarán a ser cuando cristalicen. Ahí va artículo.
Pero las risas socarronas quedan sin voz cuando vuelvo a pensar: sin un mapa? Son menos ataduras, es cierto: son promesas y enmarcan políticas, pero no deja de preocuparme. Linus tiene que tener un mapa interno, yo creo que lo entiendo, gracias a mi desmedida admiración pienso: el profeta tiene un designio de Dios. LINUS ESCUCHA VOCES QUE LE VAN DICIENDO QUÉ HACER! Y esas voces me parece que no vienen de Dios… Nop.
Bien, entonces Linux depende del Sr. Torvalds mucho más de lo que pensaba. La mente obsesiva de Linus se esfuerza en desterrar todos los errores que tenga su precioso sistema operativo, encontrar una manera para hacer mejor todo lo que él (o Él?) sabe que se puede mejorar, y agregar todas las cosas que le resultaron interesantes y que no van a hacer colapsar lo que está hoy.
La administración de este sistema es ahora llevada a cabo por un sistema automatizado que hizo el propio Linus y que se llama GiT. Es un sistema simple y flexible, sencillo y rápido, y en general, bastante sólido. Digno hijo. Pero la médula de la administración, que es la que decide qué modificaciones se agregan y cuáles no, depende del gran maestro. La mente del maestro posee un compilador cerebral que le permite verificar rápidamente si la modificación que se agrega colisionará con algo del millón y medio de líneas de código que ya lleva escrito para el corazón su preciosura (su tesssssoro!).
El equipo de Linus es importantísimo: son grandes genios de la programación -como pocas veces se ha visto- pero existe una fuerza poderosa que hace pasar todo por el centro de la galaxia Linus Torvalds. Después de unos tres años de utilizar este nuevo sistema de desarrollo tenemos como resultado una evolución meteórica, un flujo de errores un poco mayor pero bajo control, y una fuerte aceptación en toda la industria. Ese detalle es tan importante que este año las consultoras más importantes auguraron que en los próximos años Linux ya no tendría rivales en el terreno de los servidores corporativos, y que tanto Unix como Windows estarían fuera de esta carrera.
Las predicciones son difíciles cuando de computadoras y tecnología se tratan, y por eso respeto la decisión de Torvalds de no hacerlas, pero qué miedo!