Hace tiempo que no juego a nada en la compu. Bueno, ustedes saben, jugar a un juego, más allá de que juguemos con las vidas tecnológicas de las personas que nos rodean (je-je) hace un buen rato que no me entusiasmo con un jueguito.
Linux no es lo más en juegos, pero tengo el Quake4 desde hace meses y no me puse a instalarlo. La culpa la tuvo el Lineage II, o mejor dicho, la caída del servidor y la desaparición de todos los personajes, incluyendo los míos que tanto me costaron. Fue una sensación horrible, todo ese tiempo invertido se había evaporado. Borré el Lineage y borré todos mis juegos -que ya los había abandonado de todas formas-, y me dediqué a jugar con una configuración compleja de cinco computadoras. Todavía me queda la titánica tarea de justificar por qué NECESITO cinco computadoras, pero les aseguro que se trata de una sensación espectacular.
Ahora, si me muevo rápidamente a la idea de esta entrada en el blog, el no jugar en mi computadora ha revalorizado hasta la más lenta de mis máquinas. Claro, en Linux se mueven muy bien, y si usaran Windows, es más una cuestión de memoria que de músculatura de CPU o de placa de video.
De hecho, mis computadoras ahora son más estables porque no me veo obligado a poner la última placa de video con los últimos drivers que ciertamente son más rápidos pero que se cuelgan bastante. Tengo más espacio en disco rígido porque los juegos ocupan una tonelada -claro que ahora me guardo todas las pelis en el disco y no tengo que buscar más los dvds- y no tengo que perder tiempo en instalar y hacer que los juegos funcionen.
Pero, esto me deja sin jugar??!?!?!? Definitivamente, se me va a pasar lo del pánico-lineage, y para la gran vuelta estoy pensando en distintas soluciones:
- Comprar una play station. no me importa la marca, pero si calculo el precio de una bruta máquina y el hecho de que no tengo que instalar nada sino poner el juego y listo, estoy hecho. Además, los juegos que aparecen para la PS2, por ejemplo, están re-buenos y no requieren que les cambie la placa de video, ni nada de eso.
- Utilizar una de mis computadoras, y atarme a no actualizarla en un período menor de tres años y mantener la disciplina férreamente
- Instalarme en alguna de vuestras casas a jugar con vuestras computadoras durante días. Cada vez que traten de sacarme diré cosas como: “dejame jugar a mi, vos siempre tenés la compu, en cambio yo sólo juego cuando vengo a tu casa!” y cosas como esa.
En fin, ya me contaran ustedes qué les parece.