Pobre Sony. Se durmió soñando que la innovación era lineal. Pensó, como muchos otros, que para hacer algo mejor hay que aumentar lo que salió bien. La gente no siempre quiere más de lo mismo. Y también pensó que con marketing se arreglaba todo. Pobres diablos. Fácil cae cualquiera víctima de estas falacias, sobre todo cuando la maquinaria se enciende y la gran corporación se mueve a todo vapor.
En la industria del entretenimiento, una de las cosas más importantes es divertirse. Y el golpe a Sony vino de una de las empresas que menos sabe divertirse del planeta: Nintendo. Manejada por una familia samurai que tiene muchos años, no está muy acostumbrada a jugar con sus empleados, ni a escucharlos demasiado. Pero tuvieron olfato.
Sony se dedicó a hacer la mejor consola del planeta, la PS3. Técnicamente es una delicia, es una computadora de avanzada con todo la mejor definición de imagen y sonido. La exitosa XBox de Microsoft temblaba de pensar en una continuación super potenciada de la PS2, que llevaba muchos años de rotundo éxito.
Nintendo, que había perdido la supremacía en el mercado de los juegos hacía un lustro, entendió que no podía pensar en competir en esos términos. Podemos pensar que trató de organizarse para triunfar de otra manera, o quizás, se resignaba a un lugar menor y quería pelear otro segmento. Lo cierto es que Nintendo se concentró en hacer una consola barata, divertida y en la que cualquiera se animara a jugar.
Nintendo repitió el éxito de Asus con su EEEpc: buscó un procesador viejo y barato, tecnología de baja definición pero muy probada y armó una consola bonita y chiquita. Como realmente le sobraba presupuesto se dedicó a gastarlo de la mejor manera: buscar una innovación que dejara a todos asombrados y que la pusiera en la vidriera. Encontró lo que buscaba con los controles que reconocen a la fuerza de gravedad y que permiten a los jugadores hacer la mímica con sus controles de la acción verdadera. Impresionante.
El truco de buscar un trasto viejo funciona hoy en día porque nuestras computadoras están sobredimensionadas para las soluciones que nos dan. La evolución del software en estos últimos cinco años fue ficticia, porque se olvidó de optimizar sus recursos y se dedicó a decorar un Ekeko, y le colgó cosas a su producto para que la gente siguiera comprando.
Como esa forma de trabajar produce horribles resultados que se mueven muy lentamente, la única forma de seguir es confiar en que el hardware se hace cada día más rápido. Fue la gran apuesta de Microsoft con el Vista, y fue la razón por la que fracasó tan ruidosamente. Windows 7 traerá como aporte único en la historia de Windows el no agrandar la lista de requerimientos de hardware. Posiblemente le vaya mejor después de tres años de insistir con el Vista porque ahora sí el hardware está un poco mejor preparado para sus exigencias.
Mientras tanto, muchos analizarán la gran victoria de Nintendo como una estrategia de marketing y no como una clara señal de la recesión mental que nos agarró a todos los que nos hartamos de gastar porque sí.
Les dejo un lindo video que ilustra mejor que muchas palabras