Señores accionistas:
Hasta el momento, Microsoft ha sido una compañía que ha dado buenas ganancias. Sus fuentes de ingreso son el sistema operativo Microsoft Windows en sus diversos sabores y el Microsoft Office. Todos los demás productos dan estrepitosas pérdidas, no importa cuál sea.
El objetivo de mantener estos productos es darle a Microsoft una posición dominante en todos los aspectos del software, así que han hecho su papel. Sigue siendo dinero bien gastado.
El software es un negocio de riesgos, y como dice William Gates, “cualquier chico desde una empresa montada en un garage podría vencernos”. Es cierto. También es verdad que la preocupación de Microsoft en estos últimos años ha sido fundamentalmente mantener esa posición de dominación aniquilando a cualquier tipo de oposición posible. De hecho, en alguna parte de sus planes incluyó una buena inyección de capital en Apple Inc, para asegurarse de tener una competencia y esquivar así a los policías del departamento de justicia que tildaban a Microsoft de ser una compañía monopólica.
Pero esta situación no se puede sostener en el futuro. Deberían estar agradecidos a esta empresa, pero si observamos los gastos en los que incurre, y en la naturaleza de éstos, podemos entrever que terminarán devorando su capital en una lucha inútil.
Al gasto de Microsoft, que siempre estuvo repartido en salarios y compras de compañías competidoras, ahora debe sumársele exorbitantes costos de patentamiento, acuerdos con compañías que proveen software libre y que no producen ganancias directas para Microsoft y enormes costos en las cortes de justicia. De hecho, el caso que perdieron frente a la Comisión Europea les demandó un gasto de unos tres mil quinientos millones de dólares. Ciertamente, Microsoft es una empresa que posee un fantástico flujo de caja, pero debo advertirles que estas estrategias se vuelven cada vez más costosas para Microsoft y, últimamante, tampoco están dando buenos resultados.
El caso que perdieron en Europa les obliga a publicar información sobre protocolos que los dejan vulnerables en muchos frentes. Un producto de unos cien dólares de costo podría reemplazar a un costoso servidor más la licencia de un servidor de Microsoft Windows con licencias por asiento ilimitadas que puede costar unos quince mil dólares. Y ese producto barato funcionará mejor y será más confiable. Sobre todo porque el gasto en corregir y mejorar los productos de Microsoft se ha reducido a un porccentaje tan bajo, que un parche de máxima seguridad que debería estar listo en una semana se puede demorar unos seis meses.
La ayuda que intentó prestar el fiscal norteamericano Thomas O. Barnett, que atiende los casos de monopolio, incluído el caso de Microsoft en EUA, puede incluso volverse en contra si tomamos en cuenta que las sanciones que impuso en el año 2002 no rindieron ningún fruto. Esa decisión va a revisarse al compararse el caso actual y será un punto importante al establecer penas más duras.
Para ver un ejemplo en menor escala, pueden tomar el caso de SCO, una empresa que desvió todo su capital y el capital de muchos otros (Microsoft aportó apenas unos cincuenta millones de dólares) para demostrar que Linux estaba violando derechos de autor que decían tener sobre Unix y que tampoco tenían. Microsoft fue beneficiado por un tiempo, porque esparció temor en la comunidad y muchas empresas empezaron a ver a Microsoft como una opción más segura. Pero esta estrategia no dio frutos a largo plazo, SCO perdió el caso y al poco tiempo presentó su bancarrota.
Hoy en día, la consultora Gartner, muy amiga de Microsoft, afirma que no se puede evitar el uso de software libre, y que el ochenta por ciento de las empresas que ofrecen software comercial estarán contagiadas de esta enfermedad en un grado significativo, dentro de cuatro años.
Otro frente de gran preocupación es el mercado de patentes de software, cuyo abuso podría hacer que todo el sistema termine siendo desbancado, como ocurrió en Europa, también testigo de los estragos que está produciendo en los Estados Unidos. Como dijera William Gates en el año 1991:
If people had understood how patents would be granted when most of today’s ideas were invented and had taken out patents, the industry would be at a complete stand-still today. The solution … is patent exchanges … and patenting as much as we can… A future start-up with no patents of its own will be forced to pay whatever price the giants choose to impose. That price might be high: Established companies have an interest in excluding future competitors.’ Si se hubiera entendido cómo se otorgarían las licencias cuando la mayor parte de las ideas de hoy fueron inventadas y se hubieran patentado, hoy la industria estaría en una completa parálisis. La solución es … intercambio de patentes … y patentar todo lo que se pueda… Una compañía que comienza sin patentes propias estará forzada a pagar cualquier precio que los gigantes impongan. Ese precio será alto: las compañías ya establecidas tendrán un interés en excluir a futuros competidores.
Si se apreta la soga lo suficiente, el sistema queda invalidado y toda la inversión que se hizo en patentes será un gasto en vano.
La situación de Microsoft hoy es de prosperidad, pero deben exigir que la compañía se enfoque en mejorar los productos que ofrece. Cuando las cosas se pongan más complejas, y lo harán, lo único que quedará es el producto en sí. No sea que pase lo que con SCO, cuyos accionistas tendrán que pelear en la corte para tratar de entender qué sucedió con su compañía.