-Hola! Cómo estás? -me dice uno de esos amigos tangenciales que aparecen en la vida
-Bien, bien, gracias!
-Me contaron que fue tu cumpleaños -me dice y le adivino una conversación distinta. Me quiere hablar de otra cosa. Lo llevo rápidamente a su tema: se metió con el kirchnerismo con las dos manos.
-Pero, por qué no te vas?
-El kirchnerismo es merca. Te parece que vas a poder controlarlo, te inyecta una sensación de impunidad, de poder supremo, de me cago en todo y agarro todo lo que quiero. Y cuando querés llevarte todo resulta que la cosa era un sueño y el que se la lleva es otro.
-Te pinchan la burbuja
-Y… te pinchan el alma. Después te la pasás tratando de recuperar terreno, de que el otro no te cague o te haga una cama, estás a los codazos todo el tiempo tratando de guardar tu quintita
-Estás desencatado políticamente?
-Me estás cargando? Qué política? Acá la cosa es el poder en estado puro, vos sentís que mirás fijo y te salen rayos por los ojos. Decís cualquier cosa
-Y querés salir?
-Obvio que quiero salir, están todos locos, esto es pesado en serio. Heavy, entendés? A quién vas a votar?
-Todavía estoy pensando, pero a estos chorros te imaginás que no
-Yo lo voy a votar a Scioli