Estoy verificando CDs que tienen dos años de antigüedad aproximadamente, grabados a 8x máximo, según las recomendaciones más exigentes de grabación. De cada tres CDs, uno tiene errores: por lo menos un sector dañado.
Errores de redundancia cíclica, como en la peor época de los diskettes. No es la lectora. Lo probé en dispositivos de distintas marcas, todos de menos de dos meses de uso. Grabadoras de dvds, lectoras de dvds y en un caso, una lectora de cd nueva. Un caso raro porque ya no se consiguen más.
En algún que otro caso, las diferentes lectoras tuvieron comportamientos distintos, leyendo bien un sector que otra había descartado, pero muchos de los errores fueron consistentes y repetidos en todas por igual.
Los CDs fueron colocados dentro de estuches de plástico apenas grabados y nunca fueron usados. Se almacenaron en un lugar lógico con temperaturas lógicas y humedades normales para la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Son reales BACKUPs o copias de respaldo. Sí! Yo hago backups! Y la principal actividad de mis grabadoras es hacer backups y discos de booteo. Ahora con el uso que les doy a las Virtual Machines muchos de esos CDs de booteo permanecerán como imágenes en un disco rígido. Para cuando tenga listos todos los instaladores por red, me voy a reir de Janeiro. En estos menesteres es muy raro que tenga un error, porque los uso inmediatamente, recién salidos del horno.
No tengo la infraestructura para tener una grabadora de cintas -traducción geek: tape backup– y no sé si tienen la confiabilidad que necesito. Son espantosamente caras y si bien tienen buena capacidad, el proceso de recuperar un archivo es bastante burocrático y largo.
En el caso de los dvds de backup la cosa se pone peor. Los dvds son muy frágiles y uno tiene que tener un cuidado extraordinario al manipularlos, sobre todo si uno necesita que todos los datos estén allí un buen tiempo.
Si almacenamos una película o una canción, que en una parte salte o haga algún ruidito es más o menos perdonable. Si se trata de un libro, un capítulo más o uno menos puede ser mucho más preocupante. Podría ser un lindo ejercicio almacenar “Rayuela” de Cortázar en distintos CDs y leerlo en el orden en el que cada CD eligió malograr.
Cuando se trata de código fuente la cosa cambia de castaño a oscuro. Perder líneas vitales puede hacer que el programa resultante se vuelva inoperante o que haga cosas aberrantes. En la película “Cortocircuito”, una computadora sobre la que se ha vertido champán accidentalmente se reprograma y adquiere inteligencia artificial. Una explicación más que suficiente para la galería de Héroes del Comic. Para satisfacer a un honesto Geek, podríamos hacer una versión más moderna y con bases más científicas si dijéramos que recompilamos nuestro juego de rol experimental usando backups defectuosos y conseguimos una versión mejorada del Vista Windows.
Si se trata de viejos programas que ya no están en el espectro visible, con que se estropeen unos pocos bytes el programa no funciona más.
Ah! Malditos backups! Me puedo apoyar en estas copias de respaldo? Es que tengo que comprar siempre discos rígidos nuevos, ir moviendo los datos y aumentar siempre la capacidad de almacenamiento? Estoy condenado a vivir como el caracol, con todos mis datos a cuestas?
La otra opción que me queda es tener una memoria difusa de los viejos buenos tiempos que se fueron y que ya no volverán.