Ayer la convención radical aprobó un acuerdo que habilita a la UCR a participar de las internas primarias de agosto, por ahora junto a Mauricio Macri y Carrió.
El acuerdo deja a la izquierda del GEN y a los socialistas del lado de enfrente, porque habían declarado que nunca integrarían una interna con Mauricio Macri. Julio Cobos bajó su candidatura a la presidencia.
Un acuerdo con Sergio Massa también quedó afuera a nivel nacional, aunque no se descartan los arreglos especiales por provincia.
La movida radical aparece cuando Mauricio Macri empieza a sonar más fuerte con encuestas que lo ponen por encima de Massa y Daniel Scioli. El lugar que ocupan Massa y Scioli es muy distinto dependiendo del encuestador, por lo que el futuro de ambos es aún más incierto.
Izquierda
La izquierda quedó huérfana cuando Binner bajó su candidatura y posiblemente se vuelque sobre Stolbitzer, que tendría más posibilidades si fuera por la gobernación de Buenos Aires, donde alguna encuesta la muestra liderando a los candidatos.
Kirchnerismo
Si el kirchnerismo sigue hostigando a Daniel Scioli en favor de Florencio Randazzo, dañará seriamente sus posibilidades de obtener el piso de 25% que desea Cristina Kirchner para sostener su relevancia cuando deje el gobierno. Florencio Randazzo no consigue mostrar números significativos salvo que la encuesta esté encargada por él mismo.
Hay un detalle muy importante que debe ser tomado en cuenta en este caso en particular: Cristina Fernández de Kirchner detesta las internas y prefiere elegir a su candidato a dedo. Es muy posible que nunca llegue a postular alternativas para las P.A.S.O., mecanismo electoral que nunca entendió ni supo aprovechar en su favor.
En ese caso, Scioli corre el enorme riesgo de quedar fuera de las presidenciales -por lo menos dentro del Frente Para la Victoria- ya que Florencio Randazzo está siempre más cerca de Cristina para endulzarle el oído y operar en su contra.
En el caso de que se produzca la ruptura, que veo muy lejana, no descarto que Daniel Scioli y Sergio Massa hagan fondo común.
Frente Renovador
En el medio, muy golpeado por el portazo que dieron los radicales, Sergio Massa debe rearmarse para no enfrentar más deserciones. Hace apenas unos días, el dirigente peronista Lole Reutemann se mostró dispuesto a formar una alianza con Macri y abrió muchas dudas sobre la capacidad de Massa de enarbolar, con su Frente Renovador, la antorcha del peronismo opositor.
Desde las bateas del sciolismo llegan los rumores de que Massa se queda sin financiación para la campaña, aunque callan cuando se les pregunta por el desparpajo con el que el gobernador de Buenos Aires usa fondos del Estado para su promoción.
Lo cierto es que el mapa electoral parece comprimirse con serios riesgos de polarizarse mucho antes de llegar a un eventual ballotage.
PRO
El único que recolecta triunfos en estos días, promete acelerar su carrera con las elecciones provinciales que se avecinan, como una victoria que por ahora parece segura en Santa Fe.
En este momento Mauricio Macri encabeza las preferencias y se vislumbra como el próximo presidente argentino. Falta mucho para octubre, y sería muy recomendable que no se durmiera en los laureles: Argentina tiene a su aparato político en terapia intensiva.
Radicalismo
El radicalismo le ha prestado proyección nacional al PRO, y ha demostrado una fortaleza institucional que no esperábamos. Yo no le quitaría una pequeña ficha a Sanz, que debe competir con Mauricio Macri en las internas. A veces el aparato pesa.
muy de acuerdo con tu visión.
Creo que el mapa electoral está definido en cuanto a que, la clase media (la del voto no cautivo) votará la opción Macri-Sanz-Carrió.
El kirchnerismo “duro” votará Randazzo si finalmente se presenta. Sino, ese voto se va a dispersar y hasta puede haber mucho voto en blanco de este sector.
La opción Stolbizer a nivel nacional no superará, con suerte, el 10%.
Resta saber adonde irá a parar el voto del aparato peronista. Si seguirán a Massa, Scioli, si Macri podrá captar territorialmente parte de ese voto con alianzas provinciales.
Lo que está claro es que el panorama del piso electoral peronista/kirchnerista de un 30%, del que tanto se hablaba a fines del 2014, no existe más.