Hace casi un año Twitter compró a Tweetdeck. Era Mayo, y se gastó unos 50 millones de dólares para aguarle la fiesta a UbberMedia, una empresa que venía comprando un montón de aplicaciones relacionadas con Twitter y que ya emitía en ese momento cerca del 11% de todos los twits que se producían. Los de UbberMedia habían ofrecido 30 millones en febrero y pensaron que se quedaban con Tweetdeck, pero no pudieron.
Twitter es una aplicación que fue cambiando muchas veces desde que empezó. Como soy programador –y nerd– voy siguiendo su desarrollo no sólo desde su interfaz de usuario sino también desde su interfaz de programación, lo que me cuenta cómo se relaciona Twitter con otros programas.
Hace unos años Twitter ofreció una conexión con Messenger –que tiene mucho sentido– y de esta forma podíamos recibir las actualizaciones de Twitter como si fueran mensajes de un amigo más. De esta manera podíamos integrar a Twitter de mil maneras distintas. Pero esta idea, desgraciadamente, sobrecargó los servidores de Twitter y la retiraron.
No sólo había que poner más servidores, había que gastar más plata para que la gente dejara de entrar a Twitter y se conectara a través de otro servicio que ni siquiera los mencionaba: eso era malo, muy malo.
Twitter aprendió que tiene que mantener el control. Podía arruinar los planes para mejorar los ingresos de Twitter, un tema que los desvela, repetidamente.
Tweetdeck era una forma muy avanzada de conectarse a Twitter, con un soberbio soporte para varias cuentas, buena visibilidad en columnas para ver las distintas timelines, búsquedas con filtros y soporte para otras redes. Poco antes de que los compraran, los de Tweetdeck agregaron soporte para Google Buzz, competencia de Twitter. La cosa empezó a pasar de castaño oscuro. Ya habían integrado a Four Square, y a Facebook, y estaban pensando en seguir agregando más. Pero los de Twitter se pusieron serios, compraron a la compañía y pusieron a la aplicación en el freezer.
Los cambios que fueron apareciendo muy de a poquitito, con cuenta gotas, sólo sirven para irritar a los usuarios y para convencerlos de que es mejor acceder a Twitter desde la web.
El control es una ilusión, le decía el maestro Oogway al maestro Shifu en Kung Fu Panda, y yo creo que tiene razón.