Donde ser geek no duele
Hace unos días tuve la desgracia de ver la última película de Star Trek. Una terrible pena ver que otra vez se ha recurrido a un viaje temporal que hace un personaje para encontrarse en su pasado para enderezar las cosas en una trama que por lo menos es floja. Continue reading “Más dolor para los fans de Star Trek”
Ayer estaba haciendo zapping. Y una de las cosas que tiene el zap es que uno cae en el medio de una película sin el ambiente propicio. Le tocó el turno a Chris O’Donnell, que tiene una de las mejores caras de “me salió mal, perdónenme” de Hollywood. Está mirando al viejo coronel ciego que le dice que sea un hombre, y Chris lo mira con la boca partida y los ojos suplicantes.
Ayer estaba haciendo su carita frente a un juez, con jurado y todo, porque era el abogado defensor de su abuelo que había cometido no sé qué crimen aberrante. Les explicaba a todos que su pobre abuelo había sido miembro del Ku-Klux-Klan desde los tres años. Y que había visto crímenes desde los diez. Cambio de cuadro, el juez con cara de pobrecito, yo en el cuarto gritando MATENLO! MATENLO! y el jurado, con carita de gran compadecimiento!
MATENLO! Una de las cosas que no funciona en la vida real es que el director de la película que es nuestra vida, no le va mostrando todo lo que fuimos a nuestros vecinos para que nos entiendan. Otro zap me llevó a ver como un hombre apaleaba salvajemente a otro de una forma brutal y desmedida. Yo pensando que en cualquier momento cae el bueno y lo mata, pero no, el salvaje era el bueno y si yo hubiera visto la película entera, el director me hubiera llevado a odiar tanto al malo para que una golpiza endemoniada me pareciera lo justo.
Por supuesto, que una vez que uno ya está en aviso, cuando en la película al bueno le pasan miles de cosas y el muy bobo reacciona mal nos damos cuenta: nos quieren calentar la cabeza para que al malo le saquemos las uñas con un alicate oxidado!
Si me voy a acordar de otra mala película de Chris O’Donnell, en Vertical Limit se dedica a rescatar a su hermana que cayó en un precipicio por escalar una montaña cuando el clima no es favorable. Hay un silencio para explicar que han desafiado a la montaña. La cosa es que Chris se lleva un montón de frascos de nitroglicerina que matan a cuatro de los seis rescatistas para usar unas gotitas que abren un agujero que hubiera sido posible abrir si los cuatro muertos hubieran estado ayudando con sus cucharitas. Tenemos dos muertos más que aclarar: el malo, que estaba junto a la hermana y que es el causante de todo porque quería subir igual y le sacó un remedio (Dex) para sobrevivir de la misma forma en la que mató a la mujer del viejo loco que vuelve a rescatarlo y para vengarse. A último momento medio como que lo perdona pero la soga no resiste o no sé qué pasa que tiene que cortar la soga para salvar a la nena y se matan los dos.
Cosas que le podemos decir a Chris en esta película:
Hollywood, que tiene su propio sistema para medir la inteligencia,
invoca en numerosas películas una escena que siempre quise poner a prueba: en la pared una veintena de televisores encendidos con programas distintos, y un único espectador, el genio, que entiende todo lo que está pasando.
Ahora podemos entender con claridad la problemática de romper el continuum espacio tiempo, o las implicancias de una modificación genética que nos convertirían en figuras superiores, o lo absurdo que es discutir con un ser que es de otro planeta y que nos sugiere una aventura increíble sólo porque somos los elegidos o algo así. Hemos ensayado qué es lo que haríamos en varias ocaciones, y esos temas ya los tenemos superados.
Los asesores geeks han mirado con tanto desprecio a la industria cinematográfica que no han hecho otra cosa que dejar a los pobres cineastas en la niebla de la tecnología.