Cuando se escribe software comercial, siempre se corre contra reloj. Cada lanzamiento de una nueva versión es una carrera alocada en la que los nuevos features, o mejoras que se le agregaron para hacer más apetitosa la compra del producto, deben funcionar a la perfección, por lo menos para la demo de ventas. Queda poco tiempo para corregir problemas, o bugs, que están acumulados, muy poquito tiempo para las mejoras que desean los viejos clientes y decididamente, nada de tiempo para hacer limpieza, eliminar código innecesario y unificar tareas y criterios.