Microsoft presentó su nuevo teléfono Windows Phone 7, y todavía estoy tratando de digerir si me parece suficiente para que Microsoft siga siendo relevante en el mundo del software. Como resumen, no me pareció malo, pero tengo mis serias dudas. Claro que no me esperaba que uno de los programas que aparecen en la presentación del teléfono fuera una falsificación.
El ícono de Angry Birds aparece en el teléfono y todos pensamos que por lo menos la empresa Rovio estaba portando su popularísimo juego a la nueva plataforma. La sorpresa desagradable se la llevó la misma empresa que no sabía nada del tema. En Twitter aclararon en menos de 140 caracteres que no tenían ningún plan para esta nueva plataforma y que no sabían cómo había llegado el ícono a la presentación de la casa de software más grande del planeta.
Un papelón que pinta muy mal a la casa liderada por Steve Ballmer, que nunca había quedado tan en off-side en toda su historia. Todavía me pregunto con más dudas que antes, cómo va a hacer para que su empresa siga siendo relevante en el mundo del software.