La Trampa del Disco Inmenso

Para cualquiera que tenga la emoción de comprarse uno de los últimos discos rígidos que pueden albergar todo un país de datos va la siguiente pregunta: ¿Para qué sirve un disco rígido? Bueno, para contestar la pregunta obvia con un dato más obvio podemos decir que sirve para poner datos.

Pero los datos que queremos poner también queremos que se preserven. Perderlos genera una gran ausencia, que no se repara mirando fijamente al bendito disco que ha pasado a mejor vida: su espíritu se ha ido.

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PS3 vs Wii

Pobre Sony. Se durmió soñando que la innovación era lineal. Pensó, como muchos otros, que para hacer algo mejor hay que aumentar lo que salió bien. La gente no siempre quiere más de lo mismo. Y también pensó que con marketing se arreglaba todo. Pobres diablos. Fácil cae cualquiera víctima de estas falacias, sobre todo cuando la maquinaria se enciende y la gran corporación se mueve a todo vapor.

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Si los sistemas operativos fueran barrios

El sistema operativo arranca nuestras computadoras, y no debería darnos una funcionalidad demasiado directa, pero nos da la familiriadad en sus colores y formas. Por eso, si hiciéramos una comparación en nuestras vidas, bien podríamos decir que son el paisaje de nuestro barrio. Cambiarse de sistema operativo es tán incómodo como mudarse, y las aplicaciones que usemos seguirán las reglas edilicias de nuestro barrio de elección.

Appleburgo

El barrio de Apple, nos ubica en las coquetas casas OS/X para que nuestras vida se llenen de diseño. Los parques son bastante minimalistas, y los comercios de los alrededores son bastante caros. Es una zona residencial, definitivamente, y la seguridad es bastante buena. Los impuestos son caros, pero se paga un servicio que vale la pena.

Windows-town

El barrio de Windows es enorme y sirve distintos propósitos, pero es fundamentalmente un barrio de oficinas. El barrio en su conjunto es muy inseguro, y uno no quiere adentrarse en un callejón oscuro ni salir después de la caída del sol. Con Vista, uno tiene guardias que protejen la casa en su interior y agregan mucha seguridad. Claro que incomoda un poco tener un guardia en el baño pero el barrio lo amerita. En los suburbios pobres se habla mucho Windows98 y Windows95, y como se ejecutan sin soporte ni actualizaciones, todo se cae a pedazos.

Linuxlandia

El barrio de Linux es todavía un gran campus universitario. Hay una sección muy SOHO que crece diariamente y se llama Ubuntu, allí muchos de sus habitantes no son estudiantes sino personas de espíritu libre y refugiados de Windows. La zona fabril se llama Red Hat, y es un barrio de construcciones muy funcionales. Allí se trabaja incesantemente.

Por debajo de esta gran ciudad, y como sostén de todos los sistemas que hacen a su funcionamiento se habla Linux (y Unix) en su enorme mayoría. En las cloacas, los cableados y todos los servicios, cualquier otro sistema operativo es un invitado que debe comportarse.

La evolución de esta ciudad es vertiginosa. Uno puede mirar fotos que tienen apenas dos años con verdadera nostalgia. Lo mejor que ha sucedido últimamente es que se respeta la diversidad y los barrios se comunican entre sí. De la inmensa mayoría de Windows y los guetos aislados queda el recuerdo y hoy la segmentación es realmente más pareja. Esta conformación llegó para quedarse porque la uniformidad como dadora de seguridad ha demostrado ser exactamente lo contrario.

Teclado

Es muy posible que no se le haya rendido el tributo que se merece al teclado que, por ahora, todos tenemos frente a nuestras computadoras. Generalmente dura muchos años y damos por él unos pocos billetes como si no se llevara un porcentaje importante de nuestro actual input en la computadora.

En las películas de Hollywood, el genio de las computadoras aporrea un teclado frenéticamente, aunque vemos en la pantalla cosas totalmente alejadas de lo que representa un teclado: gráficos tridimensionales y cosas que se manejarían mucho mejor con un mouse. Pero no funciona para una película porque el mouse no representa la teatralidad como lo hace un teclado. ¿Se imaginan al héroe que apenas mueve la muñeca y hace click cada tanto? Un bodrio. En youtube debe haber videos de esos.

Para mí el teclado es sinónimo de accesibilidad. Una especie de alivio si tengo que pensar en enviar un mensaje de texto desde un celular. Y esos sistemas touch que son muy bonitos ni se comparan en velocidad a lo que es un teclado. Tuve mientras pude un teclado de IBM muy viejo que además de pesar más que una notebook completa tenía una sensación de click que nunca encontré en ningún otro teclado. Estoy a la caza de un teclado Logitech G15 que tiene una pantalla LCD pero no lo consigo en español, es decir, con acentos y eñes. Si bien durante años mi teclado era en inglés, ahora detesto tener que usar códigos raros para mandar un email y francamente, me gusta poner los signos que corresponden a mi lenguaje.

El teclado que nunca me pude tragar es ese teclado ergonómico que tiene forma de acordeón. Conozco personas que lo toleran, pero desde el principio temí acostumbrarme a esos adefecios y no poder volver a usar un teclado normal. Por suerte no prosperaron.

En mi computadora, tengo en este momento un modesto teclado que por suerte viene con algunas teclas de multimedia así que le programé todas las funciones del teléfono para hacer cosas como tomar línea, cortar o rediscar. Cómo capturo las teclas antes de que reclamen el foco en la aplicación puedo manejar el teléfono sin dejar de trabajar en lo que sea que esté haciendo. Cuando me cambio a la computadora que tiene OSX no puedo hacerlo por las limitaciones que tiene el sistema de Apple. No hay nada como Linux. En fin, la cosa es que cositas como esas hacen que esté muy acostumbrado a estas teclas y no sé qué será de mi cuando finalmente consiga el tecladito de mis sueños.

Una cosa que detesto de este teclado es que la tecla de ENTER es muy chica, y siempre le pego a la cedilla y aparece ahí, para molestarme. La tecla de ENTER, o RETURN o INTRO es una tecla que mucha gente no conoce. Sobre todo si para loquearse ponen: usuario -agarran el mouse y hacen click donde dice password y ahí ponen- password -y se van hasta el botón que dice Submit y le hacen click. La variante teclado a full es poner así: usuario+TAB (arriba de las mayúsculas) password + ENTER. Y listo!

Los tres chanchitos

Navegando en Youtube descubrí un dibujo animado de los años 40 o por ahí, que se titula Los tres cerditos.

“El que no estudia y trabaja duro en la vida es un perdedor” era un mantra repetido por muchos padres hasta que los ejemplos de los cantantes de rock los dejaron con una mueca desagradable en la cara. No daban el aspecto de trabajadores arduos -aunque los buenos músicos lo sean- si no de niños malcriados y rebeldes. Posiblemente si les ha quedado una enseñanza a las estrellas populares es que deben aprender a leer la letra chica.

Me había olvidado que en algún momento de la historia, justo antes de los años del amor libre, el papel que jugaba la educación en el mundo era -cuando menos- tenebroso. Si el remedio era asqueroso era más curativo, si ardía estaba desinfectando y si no tenía ningún sentido era una materia difícil.

Los tres cerditos no tenían una moraleja acerca de los materiales de construcción ni de la ingeniería de la obra y la humanidad se ha sobrepuesto a la fábula. Por eso existen hoy en día casas hechas de madera, de paja, de barro y de muchos otros materiales, que no se caerán por más soplidos de lobo.

De todos modos, la fiesta se acabó y parece que todos tendremos que volver a trabajar.

El fin del capitalismo

Algunos expertos en economía han podido predecir la crisis en la que estamos envueltos. Mentes preclaras que entienden al mundo real y que no se han dejado encandilar por las ganancias infinitas. Por otro lado, muchos periodistas que desean titulares apetitosos, han comenzado a predecir el fin del capitalismo. No es un análisis profundo ni adecuado, pero por las razones equivocadas -como pasa muchas veces- tienen razón.

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Microsoft quiere pagarte

Desde hace unos años ha dejado de circular un mail que era puro cuento y que decía que Microsoft le pagaría a las personas por usar su sistema de correo. Tuve que explicarlo muchas veces, y por suerte, este cuento del tío ya no aparece tanto en nuestros buzones electrónicos.

Pero parece que Microsoft, después de abandonar la loca idea de comprar a Yahoo, y en una muestra de desesperación y estupidez, ha decidido pagarle a las personas que usan su sistema de búsqueda. Atención, que hay letra chica y asteriscos, pero así y todo el plan esta a la altura de lo que podríamos decir, un vendedor de autos usados.

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Se Viene La Revolución

En tecnología, hemos usado la palabra revolución muchas veces y de tantas vueltas que ha dado el mundo, anunciar un nuevo giro se ha vuelto tedioso.

Nunca como antes, sin embargo, la revolución que hoy vivimos ha hecho temblar a la industria que las produce. De hecho, después de tanto anunciar que las cosas tienen que cambiar, yo mismo he quedado sorprendido de que, finalmente, las piedras estén rodando.

Windows Vista ha sido un estrepitoso fracaso. Como nunca, la gente dice que está contenta con la versión anterior y no puede encontrar una razón de peso para cambiar su sistema. Solamente lo soporta si ha comprado un equipo nuevo, y en muchos casos pide que le instalen el viejo XP, o termina haciéndolo por su cuenta.

El renovado estilo gráfico no le hace sombra a sus competidores, y lo cierto es que más allá de eso, no tiene mucho más que ofrecer. Microsoft dice que es mucho más seguro, pero mejorar lo que se tiene es mucho más fácil que cambiar de sistema. Y para empeorar las cosas, Vista es más lento y requiere una buena inversión en más recursos para la computadora.

Microsoft contaba con que las personas cambiarían sus computadoras, como lo habían hecho en otras oportunidades, y de la misma manera que muchos fabricantes de accesorios, esperaba que nuestros equipos se volvieran obsoletos y saliéramos a comprar todo otra vez. Pero no ha sucedido tan rápido como se esperaba y la poca habilidad de Vista para conectarse con la vieja impresora que no deseamos cambiar o con la placa de sonido que nos gusta como suena, se han vuelto en su contra.

De hecho estamos en la época del reciclado, del ahorro de energía, y todo ese consumo cae mal. Existe una gran cantidad de equipos disponibles que funcionan, que antes hubieran sido desechados con desprecio y que ahora nos negamos a dejar atrás. Y Vista simplemente no cabe en estos equipos.

La revolución que vivimos proviene de la gente que simplemente no quiere descartar sus computadoras, una vez más. Los vendedores de hardware, en franca rebelión, han escuchado a sus consumidores ofreciendo computadoras de bajo costo con Linux instalado. Microsoft está tratando de producir una versión reducida de XP para las computadoras de este rango con tal de no quedar fuera de este negocio, o dejar que su peor pesadilla se haga realidad: que la gente que empieza a usar Linux lo recomiende.

Hasta los aliados más acérrimos, como el grupo Gartner, han empezado a saltar del barco. Bill Gates, para parar la hemorragia anunció que Windows 7, una nueva versión, estará para el año próximo, y que será todo lo que Vista debió ser. Microsoft había planeado tenerlo listo para el 2010, pero está tratando de llegar antes con gran desesperación. Si se apura y tropieza, su situación ya no será frágil sino mortal. Hablar de una nueva versión ahora estanca aún más las ventas de Vista.

Microsoft es una compañía enorme, y su influencia ha marcado la forma en la que hacemos las cosas en tecnología. Hace muchos años, me inspiraba su fuerza emprendedora, pero me fui asustando de la forma en la que atacaba a sus competidores. Si alguno de ustedes ha visto comer a un cerdo adulto, la sensación es la misma.

Bill Gates dijo hace muchos años en una carta abierta, que no se podía hacer software de calidad si no se hacía de una manera redituada. Estaba en contra del software abierto y gratuito, y afirmaba que el software que emergía de esta filosofía nunca dejaría de ser un hobby.

Lo cierto es que cada vez se ve con más claridad que no se puede encarar un proyecto de gran envergadura si no se hace en forma cooperativa,y para hacerlo, el único contrato que se puede respetar se inicia compartiendo el código fuente que le da origen. Más allá del objetable comportamiento de Microsoft, cuando se fabrica el sistema operativo, la base y fundamento de todas las aplicaciones, es desleal producir cualquier otra aplicación porque se corre con una ventaja abusiva sobre cualquier otro competidor.

La industria está cansada del reinado de Microsoft. No sólo son los usuarios. Los vendedores de equipos sueñan con tener el control total del software, como lo tienen cuando instalan Linux. No entienden los principios del software libre y es muy posible que en un principio no respeten los lineamientos que deben seguir, pero ciertamente, es el sistema operativo perfecto para ellos. Si no lo han instalado hasta ahora es por un motivo de peso: no desean pagar por la transformación del   mercado. Los márgenes son pequeños y la guerra de los precios ha fragmentado a todos los jugadores, pero se están animando con los equipos de bajo costo que paradójicamente dejan mejores márgenes. Por lo menos hasta ahora.

Windows nunca tuvo un gran costo para los fabricantes de equipos. Pero los cincuenta dólares que les cuesta se pueden transformar en soporte, y el soporte extendido es un gran negocio.

Para los fabricantes de periféricos, como las impresoras, las placas gráficas y esas cosas, el mundo del código abierto es interesante. Muchas veces intentaron encerrar a sus clientes con tecnologías que funcionan de forma complementaria, o planearon obsolencias forzadas, al dejar de dar soporte a una pieza que se puso vieja, pero todo eso da muy mala imagen y no siempre es legal. Son cosas que no se pueden hacer contra la comunidad si se juega con las reglas del código abierto.

En el mundo super competitivo de las placas gráficas, todos menos uno de los fabricantes han abierto el código de sus manejadores. El argumento favorito de los fabricantes de periféricos para no abrir su código es que le están dando información importante a la competencia. Pero la competencia siempre obtiene la información de alguna manera, y las empresas que abrieron su código entendieron que  era la mejor manera de aprovechar a la comunidad y no quedar fuera del mundo Linux. Estamos hablando de gigantes como Intel, AMD y tantos otros. La empresa restante se llama NVidia, pero se espera que pronto rinda su postura y muestre su código.

No estoy haciendo predicciones sobre la muerte de Microsoft, pero las cosas van a cambiar profundamente si hablamos de que esta compañía no será la que controle el desarrollo del software, ni la que imponga sus reglas de comercialización. Si Apple comprende este cambio tendrá los reflejos para cambiar sus propias conductas monopólicas.

Imagino cambios tan fuertes como una versión de XP de código abierto, o Microsoft creando una empresa diferente para su producto Office, porque tendrá que limpiar su diálogo con la industria con señales muy claras para seguir jugando sin su posición de fuerza.