El celular y las mucamas, parte 1

Si llamamos a una mucama a su celular desde un número que ella no conoce, no atenderá el teléfono. Lo dejará sonar mientras trata de comunicarse telepáticamente para tratar de ver quién llama.

Como ese sistema no funciona –no, no funciona–, al ratito, llegará un mensaje de texto que a la sazón reza: “Quién sos?” La mejor manera de contactarse no es llamar nuevamente –ni lo intenten, tampoco funciona–, es responder con otro mensaje de texto.

No es más barato para ambas partes, que responda el teléfono la primera vez? Existe un hechizo que se puede hacer por voz pero no por texto? Esta norma de etiqueta mucameril que me tiene totalmente perplejo –y un poco molesto– sirve realmente para algo?

Porque digamos, que a bastantes costumbres ajenas uno tiene que acostumbrarse. Como cuando le dicen a uno “buen provecho” cuando está comiendo, festejando nuestra futura digestión. Yo agrego, “y feliz deposición” solamente porque me gusta que se complete el ciclo, y ya que nos pusimos en ese tema.

Algo con la voz hay, porque cuando tienen que faltarnos nos mandan un mensajito de texto. Tiene la pasteurización de que se pueden sentar un ratito para escribir una buena excusa, leerla y pensar si el bolazo es demasiado evidente, y les queda el registro de los mentirones que ya pasaron para poder llevar una cuenta medianamente seria.

Este tema promete ser muy interesante de investigar y seguiré reportando.